El Decreto de 14 de enero de 1937 crea la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda, bajo cuyo control quedarán toda la prensa incautada por el ejército rebelde, así como las imprentas, rotativas y emisoras de radio.

Con la formación del primer gobierno de Franco (enero de 1938), la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda, creada en mayo de 1937 como órgano de Falange, pasó a formar parte del Ministerio del Interior, unificándose con la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda. A partir de ese momento la Delegación contó con una una Dirección General de Propaganda y una Dirección General de Prensa.

En abril de 1977 el organismo fue disuelto.