Se caracterizan por incorporar cinco líneas onduladas y paralelas, con una distancia superior a los cinco centímetros entre los círculos, que incorporan la fecha, en un cajetín rectangular, con formato DD-MMM-AA-HT. La demarcación, como norma, aparece entre paréntesis, aunque algún rodillo fabricado a partir de 1930 carece de ellos.

En Madrid se produce el primer caso que conocemos en que las ondas forman dos valles. Salió, sin duda, de la primera máquina empleada por Correos, en 1911, y, por alguna razón desconocida, se decidió invertir la disposición de las líneas en los siguientes rodillos. No obstante, en San Sebastián se reprodujo esa inversión, a mediados de la década de 1920, en un extraño rodillo que, además, invirtió la fecha.

En Tetuán, capital del Protectorado Español de Marruecos, encontramos un rodillo singular. Carece de hora y turno y, en su lugar, indica el año con sus cuatro cifras. Lleva, ademas, una estrella a cada lado del cajetín de fecha y en el arco inferior incorpora una inscripción en árabe.